Non-Degree Short Programs in Translation and Interpretation are designed as continuing education for working professionals. The T&I short courses also offer an intensive, customized program for individuals looking for specific skill building.
Professional Development for Translators and Interpreters
Upcoming ONLINE and ON-SITE Courses
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Advanced Techniques for Court Interpreters
Description:
This 5-day, 30 hour course will provide advanced, experienced court interpreters with an opportunity to further hone their interpreting techniques. The instructors, both federally certified interpreters with many years of teaching experience, will provide exercises designed to improve consecutive and simultaneous interpreting and sight translation skills, with extensive individual feedback. In addition, issues of test anxiety will be addressed for individuals preparing to take certification exams. By the end of the course, participants will have made significant improvements in their interpreting skills and will be more confident in their abilities.
Traducción jurada en Guatemala inglés - español y otros idiomas desde 1992, exactitud, rapidez, confidencialidad, llevamos la traducción a su oficina o residencia, cotice vía WhatsApp al # 5417-1388. Asimismo capacitamos mediante diplomados 100% en línea en: 1) Formación para estudiantes de traducción jurada, b) Actualización profesional para el traductor jurado en servicio, c) Inglés legal internacional para abogados y personal jurídico; solicite información a ccptradprof@gmail.com
22 abril 2011
18 abril 2011
16 abril 2011
Attorney Translation Services and Tips for Choosing and Using a Foreign Language Interpreter
April 15, 2011 Posted In: Legal Translating/ Interpreting into Exotic Languages, Uncommon Languages, Telephone Interpreters By All Language Alliance, Inc. on April 15, 2011 7:42 AM | Permalink
In "Lawyer's Guide to Cross-Cultural Depositions" we talked about legal interpreting and selecting legal translators and interpreters for international depositions. Choosing a foreign language interpreter for a trial or other court proceeding can have equally significant effect on one's success and strategy. Here are some tips to keep in mind:
- Although in many instances the courts have found that there was no prejudicial effect resulting from the appointment of an arguably biased interpreter of testimony, and although they have disagreed as to what relationships or interests are indicative of bias, the better practice is for the parties to agree to the use of one or more interpreters or for the court to appoint a disinterested interpreter where one is available. The Code of Professional Responsibility (Administrative Office of the United States Courts, 1987) that governs federal court interpreter provides guidance in this regard.
- It is essential to find an interpreter who is not only fluent in the foreign language, but one who is familiar with the technical and business terms, and the important legal concepts in the case. The interpreter should be familiar with the nuances of the words in the documents and should understand the parties' positions regarding the meaning of important terms.
- In selecting an interpreter, counsel should consider many of the same factors that go into selecting an effective witness. The interpreter speaks for the witness and therefore must appear truthful, knowledgeable, and be personable.
- Counsel should avoid terms with meanings dependent on a cultural context, slang or usages drawn from television and sports.
- Counsel should streamline the examination of a witness testifying in a foreign language. The longer a witness testifies in the foreign language, the more difficult it will be to hold the fact finder's attention.
Categories:
- Legal Translating/ Interpreting into Exotic Languages, Uncommon Languages, Telephone Interpreters
14 abril 2011
13 abril 2011
Préstamos (lingüísticos).
Un préstamo es cualquier elemento que, procedente de una lengua, se introduce en otra.
Empezaremos hablando de los préstamos léxicos, que son los más típicos. Es frecuente diferenciar aquí entre un sentido amplio y un sentido estricto del término.
En sentido amplio, cualquier palabra tomada de otra lengua es un préstamo. Por ejemplo, en español lo son escáner (del inglés), menú (del francés) y pizza (del italiano).
Las palabras que no se han tomado prestadas, por su parte, se suelen denominar léxico patrimonial. En el caso del español, este es el que hemos heredado del latín vulgar, que ha llegado sin solución de continuidad hasta nuestros días, como ocurre, por ejemplo, con cabeza, chopo, reja y suegra, que proceden, respectivamente, de capitia, populus, regula y socra.
En casi todas las lenguas, incluida la nuestra, se pueden reconocer estratos de préstamos según su grado de integración en el sistema morfológico, fonológico y ortográfico. Algunas palabras son, claramente, cuerpos extraños. Salta a la vista que outsourcing, warrant o paparazzi no pueden ser léxico patrimonial castellano. Estas palabras importadas y no integradas son lo que se conoce como extranjerismos.
El extranjerismo, con el paso del tiempo, se puede ir naturalizando y a veces se llega a asimilar al léxico patrimonial hasta tal punto que tan solo el experto está en condiciones de identificarlo. El español contiene toda una legión de antiguos extranjerismos, como los de origen árabe, que para el lego en lingüística pasan por palabras tan castizas como las que más. ¿O acaso no lo parecen abalorio, acicate, adelfa, adoquín, ojalá o sandía? Pero casi nadie identificaría tampoco como préstamos mermelada (del portugués marmelada), zapato (del turco zabata), chaqueta (del francés jaquette) y corbata (del italiano corvatta). Préstamos en sentido estricto son estas palabras de origen extranjero que se han adaptado a la lengua receptora. No obstante, la diferencia con los extranjerismos no siempre resulta evidente y los criterios que se aplican para deslindar lo uno de lo otro pueden ser de lo más variado.
Aunque no es oro todo lo que reluce. También existen los falsos préstamos, que son palabras formadas con elementos que pertenecen a otra lengua pero que, o bien no existen en esa lengua como unidad léxica, o bien tienen un significado diferente. Un slip en inglés pueden ser muchas cosas, pero lo que no tiene esta palabra, desde luego, es el sentido que nosotros le hemos atribuido de ‘calzoncillos’.
Como he dicho arriba, los préstamos más típicos son los léxicos, que constituyen una de las fuentes de las que se alimenta la neología; pero prácticamente todo puede tomarse prestado.
Hay préstamos sintácticos. Por ejemplo, son importadas del francés construcciones del tipo sustantivo + a + sustantivo, como las que se dan en avión a reacción y champú a la clorofila. Se producen préstamos en el sistema ortográfico. La uve doble era en principio ajena a nuestro alfabeto, pero la adoptamos en su día para escribir los nombres de origen germánico (y nosotros, por nuestra parte, hemos exportado a otras lenguas grafemas como la cedilla y la eñe). E incluso hay préstamos fonéticos. Cuando alguien pronuncia flash a la inglesa, está introduciendo en nuestra lengua un elemento ajeno a su sistema fonético y fonológico. Hasta en la morfología se puede andar de prestado; prueba de ello son híbridos como puenting, que están construidos añadiendo a una base española un morfema inglés.
Los motivos que hay detrás del préstamo pueden ser de lo más diversos. A menudo, las palabras viajan unidas a las cosas: quien inventa algo nuevo, necesariamente, lo tiene que llamar de alguna forma, y después difunde juntos el objeto y su nombre. Influyen también factores de prestigio e incluso de moda. Pero todos hemos tomado algo prestado de todos. De hecho, las lenguas que más prestan suelen ser también las que más reciben. Es ya un tópico el quejarse de la avalancha de anglicismos que está entrando en español; pero quienes lo hacen suelen pasar por alto que también se han tomado muchas palabras españolas en inglés.
El intercambio de elementos entre lenguas es un proceso perfectamente normal que se da en todas las lenguas y en todas las épocas. Es parte integral y necesaria de su evolución. No hay lenguas puras en el sentido de lenguas que no hayan tomado nada prestado de otras. Así ha sido siempre y así seguirá siendo.
[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, Préstamos]
Empezaremos hablando de los préstamos léxicos, que son los más típicos. Es frecuente diferenciar aquí entre un sentido amplio y un sentido estricto del término.
En sentido amplio, cualquier palabra tomada de otra lengua es un préstamo. Por ejemplo, en español lo son escáner (del inglés), menú (del francés) y pizza (del italiano).
Las palabras que no se han tomado prestadas, por su parte, se suelen denominar léxico patrimonial. En el caso del español, este es el que hemos heredado del latín vulgar, que ha llegado sin solución de continuidad hasta nuestros días, como ocurre, por ejemplo, con cabeza, chopo, reja y suegra, que proceden, respectivamente, de capitia, populus, regula y socra.
En casi todas las lenguas, incluida la nuestra, se pueden reconocer estratos de préstamos según su grado de integración en el sistema morfológico, fonológico y ortográfico. Algunas palabras son, claramente, cuerpos extraños. Salta a la vista que outsourcing, warrant o paparazzi no pueden ser léxico patrimonial castellano. Estas palabras importadas y no integradas son lo que se conoce como extranjerismos.
El extranjerismo, con el paso del tiempo, se puede ir naturalizando y a veces se llega a asimilar al léxico patrimonial hasta tal punto que tan solo el experto está en condiciones de identificarlo. El español contiene toda una legión de antiguos extranjerismos, como los de origen árabe, que para el lego en lingüística pasan por palabras tan castizas como las que más. ¿O acaso no lo parecen abalorio, acicate, adelfa, adoquín, ojalá o sandía? Pero casi nadie identificaría tampoco como préstamos mermelada (del portugués marmelada), zapato (del turco zabata), chaqueta (del francés jaquette) y corbata (del italiano corvatta). Préstamos en sentido estricto son estas palabras de origen extranjero que se han adaptado a la lengua receptora. No obstante, la diferencia con los extranjerismos no siempre resulta evidente y los criterios que se aplican para deslindar lo uno de lo otro pueden ser de lo más variado.
Aunque no es oro todo lo que reluce. También existen los falsos préstamos, que son palabras formadas con elementos que pertenecen a otra lengua pero que, o bien no existen en esa lengua como unidad léxica, o bien tienen un significado diferente. Un slip en inglés pueden ser muchas cosas, pero lo que no tiene esta palabra, desde luego, es el sentido que nosotros le hemos atribuido de ‘calzoncillos’.
Como he dicho arriba, los préstamos más típicos son los léxicos, que constituyen una de las fuentes de las que se alimenta la neología; pero prácticamente todo puede tomarse prestado.
Hay préstamos sintácticos. Por ejemplo, son importadas del francés construcciones del tipo sustantivo + a + sustantivo, como las que se dan en avión a reacción y champú a la clorofila. Se producen préstamos en el sistema ortográfico. La uve doble era en principio ajena a nuestro alfabeto, pero la adoptamos en su día para escribir los nombres de origen germánico (y nosotros, por nuestra parte, hemos exportado a otras lenguas grafemas como la cedilla y la eñe). E incluso hay préstamos fonéticos. Cuando alguien pronuncia flash a la inglesa, está introduciendo en nuestra lengua un elemento ajeno a su sistema fonético y fonológico. Hasta en la morfología se puede andar de prestado; prueba de ello son híbridos como puenting, que están construidos añadiendo a una base española un morfema inglés.
Los motivos que hay detrás del préstamo pueden ser de lo más diversos. A menudo, las palabras viajan unidas a las cosas: quien inventa algo nuevo, necesariamente, lo tiene que llamar de alguna forma, y después difunde juntos el objeto y su nombre. Influyen también factores de prestigio e incluso de moda. Pero todos hemos tomado algo prestado de todos. De hecho, las lenguas que más prestan suelen ser también las que más reciben. Es ya un tópico el quejarse de la avalancha de anglicismos que está entrando en español; pero quienes lo hacen suelen pasar por alto que también se han tomado muchas palabras españolas en inglés.
El intercambio de elementos entre lenguas es un proceso perfectamente normal que se da en todas las lenguas y en todas las épocas. Es parte integral y necesaria de su evolución. No hay lenguas puras en el sentido de lenguas que no hayan tomado nada prestado de otras. Así ha sido siempre y así seguirá siendo.
[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, Préstamos]
31 marzo 2011
La nueva Ortografía llegó a Hispanoamérica.
La capital de la República Argentina fue el lugar elegido para la primera presentación hispanoamericana de esta tan esperada como discutida obra de ortografía castellana, luego de once años de elaboración y de que los eméritos miembros de la Real Academia Española se la enseñaran a la realeza peninsular.
Pedro Luis Barcia, titular de la Academia Argentina de Letras.
El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, presidió la conferencia y con inocultable entusiasmo aseguró que esta obra "marca un hito en aras de la unidad de la lengua española: todo será, a partir de ahora, un antes y un después de este texto".
La unificación del idioma es efectivamente uno de los objetivos principales de esta obra, desafiando los regionalismos que fueran contemplados en otros trabajos académicos.
En el acto estaban presentes también Alicia Zorrilla de Rodríguez, secretaria académica de la institución y delegada responsable por la región hispano-rioplatense a la Comisión Interamericana de la elaboración de la Ortografía, y Alberto Díaz, del Grupo Planeta y director editorial de Espasa Calpe.
Lejos de la sencillez de su predecesora, esta nueva obra -aunque inteligible para cualquier lector- es extensa, sólida, exhaustiva y razonada, según dijeron los expositores. Lo que queda demostrado en las más de ochocientas páginas de revisiones, muchas de las cuales han generado resquemores en diferentes sectores de la sociedad, y no sólo por ser novedosas.
"La ortografía es un código uniforme en el que todas las variables se diluyen", aseguraron los miembros de la Academia. A diferencia del léxico, la morfología, la sintaxis y la fonología, que están más sujetos a parámetros culturales, geográficos y sociales, la ortografía ha sido concebida, entre otros aspectos, para velar por la unidad del idioma.
Para reafirmar este afán unificador, se subrayó el carácter panhispánico de esta obra que es el "resultado de un trabajo conjunto elaborado por las 22 academias que conforman la Asociación de Academias de la Lengua española".
El volumen presentado contempla todos los aspectos posibles, sin descuidar ninguno, lo que ha constituido una revisión y una renovación de la normativa. Algunas de las novedades que trae la obra fueron por demás discutidas [ver en particular las objeciones de Javier Marías], cuando se conocieron sus primeros esbozos, tales como los cambios de nombres de la 'v' y la 'y griega'. El argumento de los académicos es que en el caso de la 'ye' (antes 'y griega'), como su función principal es de consonante, la nueva denominación responde a ello. En consecuencia, cambia el nombre de la tercera vocal, que ahora será conocida simplemente como 'i' (y no 'i latina'). Estas denominaciones son por ahora sólo recomendaciones. Amantes de la etimología, abstenerse.
No menos estupor causaron el cambio de la 'q' por 'c' (Catar, en vez de Qatar, por ejemplo), cuyo sentido responde a "resguardar la coherencia y la simplicidad del sistema ortográfico"-; la no acentuación de 'sólo', 'ésta', 'éste' (por ser graves terminadas en vocal) y 'aquél' (por ser aguda terminadas en 'l'), lo que también sucede con sus respectivos plurales.
Tal vez una de las decisiones más controvertidas es de unir prefijos a las palabras, como el caso de 'ex', lo que genera palabras como "exvicepresidente" o "exesposo", que dificultan la lectura. La norma parece desconocer que en el ojo avanza por palabras y hasta por frases, no letra a letra. Recientemente, además, se estableció que para el reconocimiento de un vocablo lo decisivo son la primera y última letra.
Finalmente, también generó controversia la no acentuación de 'guión' y 'truhán', entre otros, por ser monosílabos.
Vientos de cambio para la segunda lengua del planeta. Pero que no vienen sin cola.
The Translator Takes Center Stage
"We labor in obscurity." These are the words of a literary translator
who contacted Nina Sankovitch recently, as reported in her excellent
post, "Found in Translation: Honoring Literary Translators." If you
can't name the Swedish-to-English translator of "The Girl Who Played
with Fire," just imagine who's behind the translation of Apple's
latest slogan for the South Korean launch of the iPad 2. The vast
majority of translators don't just labor in obscurity -- they're
invisible.
Here's the typical scenario: Buyer needs words translated. Buyer sends
words to translation firm. Translation firm sends words to
translators. Translators send translation back to translation firm.
Translation firm sends words back to buyer. Buyer publishes words.
The file format, number of languages, output type, and other items
vary, but the process remains fairly simple. The translator is usually
left completely behind the scenes, unable to ask the source author any
questions about the original text, even when doing so would facilitate
a translation of better quality.
The distance between the buyer of translation services and the
translator is vast.
But oh, how things are changing.
At a Common Sense Advisory event held for buyers of translation at
Google's headquarters last year on the topic of translation quality
measurement, an individual from one large organization complained,
"Even though I have no contact with the translators, I can always tell
when one of them goes on vacation." She went on to share that the
quality degraded, because the replacement translators were less
familiar with her company's work.
I also noticed this trend in some recent research on life sciences
translation. One interviewee explained, "For the first time ever,
we're bringing the translators on-site so we can train them ourselves
and be absolutely sure they're familiar with our brand and proprietary
terminology."
When I was conducting research on translation quality, one buyer told
me that when he is selecting a translation firm, he logs onto some of
the online communities where translators congregate to see what they
are writing about the vendors. "I don't want to work with any company
that doesn't treat its translators as its most valuable asset," he
said. "Our brand is in their hands."
Most translators are not looking for glory. They don't expect to see
their names in lights, or on the cover of a book. They simply want the
ability to do the best job they can. They want to be proud of the
difficult work they do. Giving them a closer relationship with the
buyer facilitates that. Slowly but surely, technology is bridging the
gap between buyers of translation and the translators themselves.
Delivering multilingual content is never truly a solo act. So, it
isn't that the translator will ever take center stage alone. But it's
becoming more common for the translator to join the rehearsals and be
seen as part of the crew. And maybe just once in awhile, she can join
the rest of the cast onstage, not because she needs to be seen, but so
she, too, can see the faces of the people who applaud and appreciate
her work.
who contacted Nina Sankovitch recently, as reported in her excellent
post, "Found in Translation: Honoring Literary Translators." If you
can't name the Swedish-to-English translator of "The Girl Who Played
with Fire," just imagine who's behind the translation of Apple's
latest slogan for the South Korean launch of the iPad 2. The vast
majority of translators don't just labor in obscurity -- they're
invisible.
Here's the typical scenario: Buyer needs words translated. Buyer sends
words to translation firm. Translation firm sends words to
translators. Translators send translation back to translation firm.
Translation firm sends words back to buyer. Buyer publishes words.
The file format, number of languages, output type, and other items
vary, but the process remains fairly simple. The translator is usually
left completely behind the scenes, unable to ask the source author any
questions about the original text, even when doing so would facilitate
a translation of better quality.
The distance between the buyer of translation services and the
translator is vast.
But oh, how things are changing.
At a Common Sense Advisory event held for buyers of translation at
Google's headquarters last year on the topic of translation quality
measurement, an individual from one large organization complained,
"Even though I have no contact with the translators, I can always tell
when one of them goes on vacation." She went on to share that the
quality degraded, because the replacement translators were less
familiar with her company's work.
I also noticed this trend in some recent research on life sciences
translation. One interviewee explained, "For the first time ever,
we're bringing the translators on-site so we can train them ourselves
and be absolutely sure they're familiar with our brand and proprietary
terminology."
When I was conducting research on translation quality, one buyer told
me that when he is selecting a translation firm, he logs onto some of
the online communities where translators congregate to see what they
are writing about the vendors. "I don't want to work with any company
that doesn't treat its translators as its most valuable asset," he
said. "Our brand is in their hands."
Most translators are not looking for glory. They don't expect to see
their names in lights, or on the cover of a book. They simply want the
ability to do the best job they can. They want to be proud of the
difficult work they do. Giving them a closer relationship with the
buyer facilitates that. Slowly but surely, technology is bridging the
gap between buyers of translation and the translators themselves.
Delivering multilingual content is never truly a solo act. So, it
isn't that the translator will ever take center stage alone. But it's
becoming more common for the translator to join the rehearsals and be
seen as part of the crew. And maybe just once in awhile, she can join
the rest of the cast onstage, not because she needs to be seen, but so
she, too, can see the faces of the people who applaud and appreciate
her work.
22 marzo 2011
“El Quijote” desata fenómeno en YouTube
Se trata de un proyecto creado por el director de la Real Academia Española (RAE), José Manuel Blecua, para impulsar la presencia del español en Internet. Por ello, contó también con el apoyo de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
Se ha culminado así, la recreación completa en vídeo de la más importante obra de Miguel de Cervantes, un proceso en el que han colaborado usuarios de YouTube de habla hispana de todos los rincones del mundo”, dice Google a través de un comunicado.El proyecto comenzó el 30 de septiembre del 2010 y ya está listo para disfrutarse, por tiempo indefinido en el canal youtube.com/elquijote
En números
- Participaron 4,308 usuarios de YouTube, quienes remitieron la grabación de distintos fragmentos, que fueron revisados y aprobados por un equipo del Centro de Estudios Cervantinos hasta completar la obra.
- El canal de El Quijote de YouTube ya ha registrado cuatro millones de reproducciones, procedentes de 104 países, sobre todo de España (933,000) y México (89,000).
- El canal cuenta con 6,000 suscriptores
- El video más visto, con más de 85,000 reproducciones, es la presentación del proyecto
UN TRABAJO EN EQUIPO
El canal de El Quijote se formó con las aportaciones de muchos usuarios de YouTube.
Estos son algunos hechos curiosos al respecto:
- Hay videos grabados en plena naturaleza, habitaciones, colegios o bibliotecas
- También hay escenas grabadas desde los molinos de viento de la Mancha, el monte Fuji en Japón y la Torre del Oro de Sevilla
- Abundan los fragmentos tomados en iglesias, fuentes y a la orilla del mar, durante una puesta de sol.
- También hay lecturas llevadas a cabo en una consulta médica, en una clase de educación para adultos, en un teatro o con familias en compañía de niños y mascotas.
- Otros videos más creativos, muestran una mano pintada con la caricatura de don Quijote, otro con huevos de gallina ilustrados con las figuras de don Quijote y Sancho Panza, y muchos con dibujos y grabados de libros, incluso con imágenes de cerámicas inspiradas en esta obra de Cervantes.
- Asimismo, algunos lectores han optado por disfrazarse de don Quijote o por animar la recreación del fragmento con marionetas o recortes de papel.
- También hay pasajes leídos en braille por personas invidentes.
Para el cierre se editaron todos los videos para que se pudieran visualizar las lecturas de forma continuada y por capítulos. En total son 52 capítulos del primer libro y 74 del segundo.
La edición del Quijote utilizada para esta lectura universal es la conmemorativa del cuarto centenario de la aparición del libro, publicada por la RAE, la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y la editorial Alfaguara en 2004.
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