13 abril 2011

Préstamos (lingüísticos).

Un préstamo es cualquier elemento que, procedente de una lengua, se introduce en otra.
Empezaremos hablando de los préstamos léxicos, que son los más típicos. Es frecuente diferenciar aquí entre un sentido amplio y un sentido estricto del término.
En sentido amplio, cualquier palabra tomada de otra lengua es un préstamo. Por ejemplo, en español lo son escáner (del inglés), menú (del francés) y pizza (del italiano).
Las palabras que no se han tomado prestadas, por su parte, se suelen denominar léxico patrimonial. En el caso del español, este es el que hemos heredado del latín vulgar, que ha llegado sin solución de continuidad hasta nuestros días, como ocurre, por ejemplo, con cabeza, chopo, reja y suegra, que proceden, respectivamente, de capitia, populus, regula y socra.
En casi todas las lenguas, incluida la nuestra, se pueden reconocer estratos de préstamos según su grado de integración en el sistema morfológico, fonológico y ortográfico. Algunas palabras son, claramente, cuerpos extraños. Salta a la vista que outsourcing, warrant o paparazzi no pueden ser léxico patrimonial castellano. Estas palabras importadas y no integradas son lo que se conoce como extranjerismos.
El extranjerismo, con el paso del tiempo, se puede ir naturalizando y a veces se llega a asimilar al léxico patrimonial hasta tal punto que tan solo el experto está en condiciones de identificarlo. El español contiene toda una legión de antiguos extranjerismos, como los de origen árabe, que para el lego en lingüística pasan por palabras tan castizas como las que más. ¿O acaso no lo parecen abalorio, acicate, adelfa, adoquín, ojalásandía? Pero casi nadie identificaría tampoco como préstamos mermelada (del portugués marmelada), zapato (del turco zabata), chaqueta (del francés jaquette) y corbata (del italiano corvatta). Préstamos en sentido estricto son estas palabras de origen extranjero que se han adaptado a la lengua receptora. No obstante, la diferencia con los extranjerismos no siempre resulta evidente y los criterios que se aplican para deslindar lo uno de lo otro pueden ser de lo más variado.
Aunque no es oro todo lo que reluce. También existen los falsos préstamos, que son palabras formadas con elementos que pertenecen a otra lengua pero que, o bien no existen en esa lengua como unidad léxica, o bien tienen un significado diferente. Un slip en inglés pueden ser muchas cosas, pero lo que no tiene esta palabra, desde luego, es el sentido que nosotros le hemos atribuido de ‘calzoncillos’.
Como he dicho arriba, los préstamos más típicos son los léxicos, que constituyen una de las fuentes de las que se alimenta la neología; pero prácticamente todo puede tomarse prestado.
Hay préstamos sintácticos. Por ejemplo, son importadas del francés construcciones del tipo sustantivo + a + sustantivo, como las que se dan en avión a reacción y champú a la clorofila. Se producen préstamos en el sistema ortográfico. La uve doble era en principio ajena a nuestro alfabeto, pero la adoptamos en su día para escribir los nombres de origen germánico (y nosotros, por nuestra parte, hemos exportado a otras lenguas grafemas como la cedilla y la eñe). E incluso hay préstamos fonéticos. Cuando alguien pronuncia flash a la inglesa, está introduciendo en nuestra lengua un elemento ajeno a su sistema fonético y fonológico. Hasta en la morfología se puede andar de prestado; prueba de ello son híbridos como puenting, que están construidos añadiendo a una base española un morfema inglés.
Los motivos que hay detrás del préstamo pueden ser de lo más diversos. A menudo, las palabras viajan unidas a las cosas: quien inventa algo nuevo, necesariamente, lo tiene que llamar de alguna forma, y después difunde juntos el objeto y su nombre. Influyen también factores de prestigio e incluso de moda. Pero todos hemos tomado algo prestado de todos. De hecho, las lenguas que más prestan suelen ser también las que más reciben. Es ya un tópico el quejarse de la avalancha de anglicismos que está entrando en español; pero quienes lo hacen suelen pasar por alto que también se han tomado muchas palabras españolas en inglés.
El intercambio de elementos entre lenguas es un proceso perfectamente normal que se da en todas las lenguas y en todas las épocas. Es parte integral y necesaria de su evolución. No hay lenguas puras en el sentido de lenguas que no hayan tomado nada prestado de otras. Así ha sido siempre y así seguirá siendo.
[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, Préstamos]

31 marzo 2011

La nueva Ortografía llegó a Hispanoamérica.

La capital de la República Argentina fue el lugar elegido para la primera presentación hispanoamericana de esta tan esperada como discutida obra de ortografía castellana, luego de once años de elaboración y de que los eméritos miembros de la Real Academia Española se la enseñaran a la realeza peninsular.

Pedro Luis Barcia, titular de la Academia Argentina de Letras.
El presidente de la Academia Argentina de Letras, Pedro Luis Barcia, presidió la conferencia y con inocultable entusiasmo aseguró que esta obra "marca un hito en aras de la unidad de la lengua española: todo será, a partir de ahora, un antes y un después de este texto".

La unificación del idioma es efectivamente uno de los objetivos principales de esta obra, desafiando los regionalismos que fueran contemplados en otros trabajos académicos.

En el acto estaban presentes también Alicia Zorrilla de Rodríguez, secretaria académica de la institución y delegada responsable por la región hispano-rioplatense a la Comisión Interamericana de la elaboración de la Ortografía, y Alberto Díaz, del Grupo Planeta y director editorial de Espasa Calpe.

Lejos de la sencillez de su predecesora, esta nueva obra -aunque inteligible para cualquier lector- es extensa, sólida, exhaustiva y razonada, según dijeron los expositores. Lo que queda demostrado en las más de ochocientas páginas de revisiones, muchas de las cuales han generado resquemores en diferentes sectores de la sociedad, y no sólo por ser novedosas.

"La ortografía es un código uniforme en el que todas las variables se diluyen", aseguraron los miembros de la Academia. A diferencia del léxico, la morfología, la sintaxis y la fonología, que están más sujetos a parámetros culturales, geográficos y sociales, la ortografía ha sido concebida, entre otros aspectos,  para velar por la unidad del idioma.

Para reafirmar este afán unificador, se subrayó el carácter panhispánico de esta obra que es el "resultado de un trabajo conjunto elaborado por las 22 academias que conforman la Asociación de Academias de la Lengua española".

El volumen presentado contempla todos los aspectos posibles, sin descuidar ninguno, lo que ha constituido una revisión y una renovación de la normativa. Algunas de las novedades que trae la obra fueron por demás discutidas [ver en particular las objeciones de Javier Marías], cuando se conocieron sus primeros esbozos, tales como los cambios de nombres de la 'v' y la 'y griega'. El argumento de los académicos es que en el caso de la 'ye' (antes 'y griega'), como su función principal es de consonante, la nueva denominación responde a ello. En consecuencia, cambia el nombre de la tercera vocal, que ahora será conocida simplemente como 'i'  (y no 'i latina'). Estas denominaciones son por ahora sólo recomendaciones. Amantes de la etimología, abstenerse.

No menos estupor causaron el cambio de la 'q' por 'c' (Catar, en vez de Qatar, por ejemplo), cuyo sentido responde a "resguardar la coherencia y la simplicidad del sistema ortográfico"-; la no acentuación de 'sólo', 'ésta', 'éste' (por ser graves terminadas en vocal) y 'aquél' (por ser aguda terminadas en 'l'), lo que también sucede con sus respectivos plurales.

Tal vez una de las decisiones más controvertidas es de unir prefijos a las palabras, como el caso de 'ex', lo que genera palabras como "exvicepresidente" o "exesposo", que dificultan la lectura. La norma parece desconocer que en el ojo avanza por palabras y hasta por frases, no letra a letra. Recientemente, además, se estableció que para el reconocimiento de un vocablo lo decisivo son la primera y última letra.

Finalmente, también generó controversia la no acentuación de 'guión' y 'truhán', entre otros, por ser monosílabos.

Vientos de cambio para la segunda lengua del planeta. Pero que no vienen sin cola.

The Translator Takes Center Stage

"We labor in obscurity." These are the words of a literary translator
who contacted Nina Sankovitch recently, as reported in her excellent
post, "Found in Translation: Honoring Literary Translators." If you
can't name the Swedish-to-English translator of "The Girl Who Played
with Fire," just imagine who's behind the translation of Apple's
latest slogan for the South Korean launch of the iPad 2. The vast
majority of translators don't just labor in obscurity -- they're
invisible.

Here's the typical scenario: Buyer needs words translated. Buyer sends
words to translation firm. Translation firm sends words to
translators. Translators send translation back to translation firm.
Translation firm sends words back to buyer. Buyer publishes words.



The file format, number of languages, output type, and other items
vary, but the process remains fairly simple. The translator is usually
left completely behind the scenes, unable to ask the source author any
questions about the original text, even when doing so would facilitate
a translation of better quality.

The distance between the buyer of translation services and the
translator is vast.

But oh, how things are changing.

At a Common Sense Advisory event held for buyers of translation at
Google's headquarters last year on the topic of translation quality
measurement, an individual from one large organization complained,
"Even though I have no contact with the translators, I can always tell
when one of them goes on vacation." She went on to share that the
quality degraded, because the replacement translators were less
familiar with her company's work.

I also noticed this trend in some recent research on life sciences
translation. One interviewee explained, "For the first time ever,
we're bringing the translators on-site so we can train them ourselves
and be absolutely sure they're familiar with our brand and proprietary
terminology."

When I was conducting research on translation quality, one buyer told
me that when he is selecting a translation firm, he logs onto some of
the online communities where translators congregate to see what they
are writing about the vendors. "I don't want to work with any company
that doesn't treat its translators as its most valuable asset," he
said. "Our brand is in their hands."

Most translators are not looking for glory. They don't expect to see
their names in lights, or on the cover of a book. They simply want the
ability to do the best job they can. They want to be proud of the
difficult work they do. Giving them a closer relationship with the
buyer facilitates that. Slowly but surely, technology is bridging the
gap between buyers of translation and the translators themselves.

Delivering multilingual content is never truly a solo act. So, it
isn't that the translator will ever take center stage alone. But it's
becoming more common for the translator to join the rehearsals and be
seen as part of the crew. And maybe just once in awhile, she can join
the rest of the cast onstage, not because she needs to be seen, but so
she, too, can see the faces of the people who applaud and appreciate
her work.

22 marzo 2011

“El Quijote” desata fenómeno en YouTube



La Real Academia Española ha finalizado la grabación de los 2,149 fragmentos que componen la versión de El Quijote para YouTube.

Se trata de un proyecto creado por el director de la Real Academia Española (RAE), José Manuel Blecua, para impulsar la presencia del español en Internet. Por ello, contó también con el apoyo de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
Se ha culminado así, la recreación completa en vídeo de la más importante obra de Miguel de Cervantes, un proceso en el que han colaborado usuarios de YouTube de habla hispana de todos los rincones del mundo”, dice Google a través de un comunicado.
El proyecto comenzó el 30 de septiembre del 2010 y ya está listo para disfrutarse, por tiempo indefinido en el canal youtube.com/elquijote

En números
- Participaron 4,308 usuarios de YouTube, quienes remitieron la grabación de distintos fragmentos, que     fueron revisados y aprobados por un equipo del Centro de Estudios Cervantinos hasta completar la obra.
- El canal de El Quijote de YouTube ya ha registrado cuatro millones de reproducciones, procedentes de 104 países, sobre todo de España (933,000) y México (89,000).
- El canal cuenta con 6,000 suscriptores
- El video más visto, con más de 85,000 reproducciones, es la presentación del proyecto

UN TRABAJO EN EQUIPO
El canal de El Quijote se formó con las aportaciones de muchos usuarios de YouTube.
Estos son algunos hechos curiosos al respecto:
  • Hay videos grabados en plena naturaleza, habitaciones, colegios o bibliotecas
  • También hay escenas grabadas desde los molinos de viento de la Mancha, el monte Fuji en Japón y la Torre del Oro de Sevilla
  • Abundan los fragmentos tomados en iglesias, fuentes y a la orilla del mar, durante una puesta de sol.
  • También hay lecturas llevadas a cabo en una consulta médica, en una clase de educación para adultos, en un teatro o con familias en compañía de niños y mascotas.
  • Otros videos más creativos, muestran una mano pintada con la caricatura de don Quijote, otro con huevos de gallina ilustrados con las figuras de don Quijote y Sancho Panza, y muchos con dibujos y grabados de libros, incluso con imágenes de cerámicas inspiradas en esta obra de Cervantes.
  • Asimismo, algunos lectores han optado por disfrazarse de don Quijote o por animar la recreación del fragmento con marionetas o recortes de papel.
  • También hay pasajes leídos en braille por personas invidentes.
En este proyecto han colaborado usuarios de YouTube mayores de 14 años, sin importar en qué parte del mundo se encontrasen ni cuál fuese su idioma materno. El único requisito era que la locución fuese en español, de acuerdo con el fragmento asignado a cada participante.

Para el cierre se editaron todos los videos para que se pudieran visualizar las lecturas de forma continuada y por capítulos. En total son 52 capítulos del primer libro y 74 del segundo.
La edición del Quijote utilizada para esta lectura universal es la conmemorativa del cuarto centenario de la aparición del libro, publicada por la RAE, la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y la editorial Alfaguara en 2004.
22 Marzo, 2011 - 13:27

21 marzo 2011

La RAE se adherirá a la declaración en defensa del español en Internet.

21/03/2011 - 18:10
Málaga, 21 mar (EFE).- La Real Academia Española y la patronal tecnológica española AMETIC se adherirán mañana a la "Declaración para promocionar el uso del español en la red".
La Declaración, que fue firmada en octubre de 2010 por empresas como Telefónica, Telecinco o IBM, será suscrita por un nuevo grupo de firmas como Extratelecom, RIM-Blackberry, Art-Natura y Grupo Konecta, entre otras, ha informado hoy el Ayuntamiento de Málaga en un comunicado.
Así, esta ciudad se afianza como la capital del español en Internet en la décima reunión del Club Málaga Valley, en la que más de cien presidentes y directivos de empresas tecnológicas se dan cita para revalidar un compromiso de "importantes consecuencias" para el presente y el futuro de nuestra lengua.
Durante el acto, el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, expondrá las distintas medidas de promoción del español en Internet que se han adoptado desde esta institución, mientras que también clausurará la novedosa lectura digital de Don Quijote de la Mancha a través de Youtube.
Para analizar las posibilidades del español en Internet, la reunión contará con la intervención del presidente de AMETIC, Jesús Banegas, que abordará la importancia del uso de esta lengua en el sector de las telecomunicaciones como un activo industrial y cultural de referencia para la competitividad de nuestra economía.

20 marzo 2011

¿Dónde se habla el mejor español?



¿Dónde se habla el mejor español? Hacía tiempo que quería escribir sobre este tema y me da pie ahora para ello la lectura de un interesante libro sobre la relación entre lengua e identidad en el que se trata precisamente esta cuestión en el capítulo 4, aunque en un plano general, no en el específico de nuestra lengua (Edwards, John. 2009. Language and identity: an introduction. Cambridge: Cambridge University Press).
Todos nos hemos encontrado alguna vez envueltos en una conversación sobre dónde se habla el mejor español. Respuestas clásicas en España son: en Valladolid o quizás en Castilla. Allende los mares se tiende probablemente a atribuir esta virtud a las variedades europeas de esta lengua. Normalmente la discusión se trufa con argumentos sobre la pureza o la corrección de esta o de la otra variedad. Sobre las restantes variedades se suelen tener también listos juicios de tipo estético, social, comunicativo, etc. que sirven para terminar de aderezar el tema. Así, se afirma con convencimiento que En la ciudad X tienen un acento muy gracioso, En la región Y hablan muy cateto o En el país Z no hay quien los entienda. Evitaremos aquí los ejemplos concretos porque bastante calientes están ya las cosas como para echar más leña al fuego.
Para empezar, hay que aclarar de qué estamos hablando verdaderamente cuando nos referimos al mejor español. ¿Tiene esto que ver con alguna cualidad intrínseca de tipo estructural o funcional? Para que nos entendamos: ¿tiene el murciano una gramática más desarrollada que el extremeño?, ¿es posible una comunicación más precisa hablando limeño que hablando porteño? Desde un punto de vista científico, la respuesta es un rotundo no. Todas las variedades de una lengua son medios igualmente aptos para desempeñar las diferentes funciones del lenguaje. No se puede sostener de ningún modo que la variedad X sea mejor que la variedad Y o que la una sea más pura y la otra esté más echada a perder.
Sin embargo, desde un punto de vista social, las cosas cambian. No hay duda de que los hablantes tienen sus propias ideas al respecto y de que las manifiestan con vehemencia. Los juicios más o menos estrictos, más o menos definidos, más o menos emocionales sobre cuáles son las variedades de su propia lengua que resultan más hermosas o más puras o más saladas o más sosas existen, son reales para quienes los emiten y tienen su valor, pero hay que saber interpretarlos. En el fondo, estos juicios no nos dicen nada sobre las variedades lingüísticas a las que en principio se refieren sino sobre la consideración que merecen los grupos que hablan esas variantes. Son el resumen de estereotipos, prejuicios, diferencias económicas, rivalidades o afinidades, procesos históricos, etc. La traducción es muy sencilla. Cuando nos dicen: En tal sitio hablan muy gracioso, lo que nos quieren decir es: Los de tal sitio son muy graciosos. Y la afirmación sobre lo cateto del habla de este pueblo o del otro no es sino una forma más o menos indirecta, más o menos socialmente aceptada de llamar catetos a los habitantes del pueblo en cuestión. No hay muchas más vueltas que darle.
Las variedades de prestigio, por su parte, suelen coincidir con las habladas por quienes históricamente han sido más exitosos. Por ejemplo, la belleza o la dignidad que se le atribuyen a un determinado acento son simplemente el reflejo del juicio colectivo que merecen los hablantes con tal acento. Se han hecho experimentos en los que se ha pedido a personas que no conocen una lengua ni el trasfondo histórico, social, económico, etc. de la comunidad que la habla que juzguen estéticamente el sonido de diferentes variedades. Sus respuestas no tenían nada que ver con las de hablantes nativos que sí están familiarizados con ese trasfondo. Quienes desconocen cuáles son las valoraciones relativas que merecen diferentes grupos de hablantes dentro de una comunidad lingüística son incapaces de atinar asignando los supuestos valores estéticos. A un panameño le puede parecer que el acento de un hondureño, un boliviano, un español o un argentino es de tal o cual manera. Lo que nos está diciendo, quizás sin ser del todo consciente de ello, es lo que le parecen los hondureños, los bolivianos, los españoles o los argentinos. Si la misma pregunta se la hiciéramos a una señora recién aterrizada de Samoa sin entender una palabra de español, te puedo asegurar que lo que le parecería sería completamente distinto.
En definitiva, y para no alargarnos más, responder a la pregunta inicial es más fácil de lo que parecía. ¿Que dónde se habla el mejor español? Pues en todas partes y en ninguna.
Hasta la semana que viene.
[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, ¿Dónde se habla el mejor español?]

16 marzo 2011

¿Qué es un grafema?



Posted: 16 Mar 2011 02:31 PM PDT


Un grafema es la mínima unidad distintiva de un sistema de escritura, o sea, el mínimo elemento por el que se pueden distinguir por escrito dos palabras en una lengua. Así, para inventariar los grafemas que intervienen en la escritura de una lengua, lo que tenemos que hacer es ir comparando palabras escritas para descubrir diferencias mínimas que van asociadas a un cambio de significado. Por ejemplo, capa se diferencia de caza, cava, casa, caca, cana, cara, cala, cada, etc., lo que nos indica que son grafemas en la escritura del español.La convención lingüística para indicar que nos estamos refiriendo a un grafema (y no, por ejemplo, a un fonema) consiste en escribir el signo en cuestión entre paréntesis angulares <>, por ejemplo, . Esta convención la hemos utilizado ya en el párrafo anterior y seguiremos haciendo uso de ella durante el resto del artículo
Acabo de mencionar el concepto de fonema, y cualquiera que tenga unas mínimas nociones de lingüística ya se habrá percatado de que el procedimiento para reconocer los grafemas es paralelo al que se emplea para identificar los fonemas de una lengua. De hecho, la noción de grafema surge por analogía con la fonema. Y no acaba aquí el paralelismo. De la misma manera que los fonemas presentan alófonos, que son diferentes posibilidades de realización de un mismo fonema, los grafemas presentan alógrafos, que son variantes de un mismo grafema. Por ejemplo, son alógrafos del grafema las variantes redonda (a), cursiva (a) y negrita (a) con que puede aparecer realizado en un escrito.
Para determinar exactamente el inventario de grafemas propio de la escritura del español hay que resolver varios problemas. El primero es si son grafemas secuencias como rr, qu y, muy especialmente, ch y ll. Para decidir si nos hallamos ante un grafema complejo o una sucesión de grafemas independientes, lo que tenemos que hacer es determinar si la función distintiva corresponde a los dos signos en bloque o a cada uno de ellos individualmente.
Empecemos por los que nunca se han considerado parte del alfabeto español. En el caso del dígrafo rr, una palabra como carro se opone en la lengua escrita a otras como cardo o cargo, por lo que, claramente, estamos ante una secuencia de dos grafemas idénticos. El caso de qu es un poco más complicado porque en nuestra escritura lo normal es que la cu aparezca seguida de la u. No obstante, sí que hay casos, aunque sean periféricos, en los que esta consonante puede resultar distintiva. Por ejemplo, Qatar se opone a catar, datar y matar; e Iraq se opone a Irán. Se me podrá objetar que la Ortografía de 2010 ha jubilado, precisamente, las grafías Qatar e Iraq; pero, aunque normativamente hayan perdido su vigencia, no necesariamente han desaparecido del uso. También podemos encontrar la cu con función distintiva en siglas. Por ejemplo, no es lo mismo el CNQ (Club Náutico de Quilmes) que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia). O si nos vamos al terreno de los símbolos alfabetizables, se da una oposición entre q (quintal) y g (gramo). En definitiva, aunque sea de manera marginal o por los pelos, hay que reconocer el carácter digrafemático de la secuencia qu.
Especial atención merecen las secuencias que históricamente se consideraron parte del alfabeto, es decir, ch y ll. También estas se revelan como la simple agregación de dos grafemas: chavo se opone a clavo, y llave se opone a clave. Parece, por tanto, que fueron decisiones coherentes excluirlas del sistema de alfabetización de los diccionarios primero y del alfabeto después.
El siguiente problema que hay que resolver es el del estatus de las mayúsculas. ¿Tienen valor grafemático o son simples alógrafos? Atendiendo a la capacidad distintiva, es fácil constatar que, efectivamente, las mayúsculas pueden entrar en oposición significativa con las minúsculas correspondientes. No es lo mismo Marco (nombre propio de persona) que marco (‘cerco’). No obstante, este valor distintivo está fuertemente restringido porque solo se da en posición inicial de palabra. Habría que admitir, por tanto, que hay oposición entre y , y , etc., pero para añadir a continuación que esta oposición se encuentra por lo general neutralizada y solo se manifiesta bajo circunstancias muy específicas. Esto nos complica la descripción del sistema grafemático porque nos obliga a postular la existencia de archigrafemas que engloban pares de grafemas correspondientes a la mayúscula y la minúscula.
Otro escollo tiene que ver con el papel de los signos diacríticos, es decir, los añadidos que modifican a una letra, como los acentos (á, è, ô), la diéresis (ü), la virgulilla de la eñe (ñ), el háček o gancho (č, ě), etc. Está claro que estos signos tienen valor distintivo. Se crean precisamente con esa intención. En español no es lo mismo termino que terminó, ni cana que caña. ¿Debemos considerar entonces que á, é, í, ó, ú, ü, ñ son grafemas? ¿O son, más bien, grafemas los signos ´ y ~? Independientemente de las bondades y maldades que pueda tener cada solución, hay que indicar que las Academias, en la Ortografía de 2010 no se han inclinado ni por la una ni por la otra. Es más, ni siquiera le han dado un tratamiento unitario a este problema. La solución normativa (que no necesariamente científica) es la siguiente. El acento no se considera grafema. Se introduce para ello una condición adicional: para que un signo sea considerado grafema, este ha de tener carácter secuencial, es decir, aparecer ocupando su propia posición en la cadena de la escritura y no superpuesto a otro para modificarlo. En el caso de la eñe, en cambio, sí que se opta por incorporarla con todas las de la ley al inventario de grafemas y al abecedario sin que se sienta la necesidad de justificar esta decisión.
Los elementos centrales del conjunto de grafemas que utilizamos en nuestra escritura son, sin duda, las letras del alfabeto; pero el juego de grafemas no se agota ni mucho menos con estas. Hay que añadir otros signos de suma importancia, como son los números arábigos (<1, 2, 3, 4>, etc.), así como una serie de signos que encuentran su uso en la notación matemática, lógica, científica, económica, etc., como +, *, >, @, $, &, etc.
El ideal de una escritura alfabética es que se dé una correspondencia biunívoca entre los fonemas de una lengua y los grafemas de su alfabeto, es decir, que a cada fonema le corresponda un grafema y solo uno y que a cada grafema le corresponda un fonema y solo uno. En la práctica se suelen dar desajustes entre fonología y escritura que nos alejan de ese ideal. Por ello, debemos evitar la simplificación de pensar que la escritura es un mero reflejo de la pronunciación o, al revés, que la pronunciación debe amoldarse a lo que marca la escritura.
[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, ¿Qué es un grafema?]